Rigurosa primera línea afectada por las salpicaduras del mar y la línea de costas. Rigurosa primera línea afectada por el inmenso horizonte y el sol bajo de poniente.
La casa ocupa la porción de parcela que le queda disponible y se manifiesta como una pieza sobria y claramente zonificada:
En la franja norte está la zona de servicios comunes, que discurre desde la calle hasta el mar en el sentido natural de las circulaciones.
En la franja sur están los dormitorios.
Vinculada a la mar, totalmente abierta y con una volumetría destacada, encontramos la zona de día y la suite de quien paga.
El porche es obligatorio para ampliar el salón y permitir que el exterior penetre en la vivienda. Las persianas a lo largo de toda la fachada poniente son obligatorias para cerrar el porche y no permitir que el criminal sol de atardecer penetre la vivienda.
La visión del mar lo inunda todo y las estancias principales de la vivienda se centrifugan para buscarla. La visión del mar lo inunda todo, a veces demasiado, y en el corazón de la vivienda aparecen patios que nos recuerdan que podemos disfrutar de los espacios exteriores a una escala doméstica.
La rigurosa primera línea es un espacio demasiado preciado para que la casa acabe tan pronto y crecemos hacia abajo. El patio inglés dignifica el sótano y le da la calidad necesaria para que la vida se pueda desarrollar a su alrededor.